sábado, 15 de octubre de 2011

Relación entre médico y paciente: encuentros y desencuentros


¿Qué espera el paciente del médico? ¿Qué espera el médico del paciente? Constantemente se lanzan críticas de un lado al otro y se producen más desencuentros que encuentros en una relación que constituye un pilar fundamental para alcanzar la salud. 

Al repasar la historia de la ciencia médica, hay quienes dicen que con el desarrollo científico y la mejora de la medicina, paradójicamente la relación entre el médico y el paciente fue empeorando. Al parecer, con la consolidación del modelo médico como único existente, se pasó del médico de cabecera, totalmente vinculado a la familia y cercano en su trato, a la instauración de una disciplina más centrada en la enfermedad y en los métodos de detección y curación, ubicándose en los centros de salud y hospitales (y dentro de ellos las numerosas especialidades) perdiendo la atención en el propio paciente e incrementando la distancia del mismo y de sus familias con el médico. 

Es importante considerar, a mi parecer, que la distancia no se produce sólo por un lado. Existen dos actores fundamentales en esta relación que, si bien están inscritos en un sistema de salud con muchas deficiencias, tienen la potencialidad de ser agentes de cambio. Convendría evaluar entonces, las expectativas y también los prejuicios que se tienen en relación a cada uno.

¿Qué espera el paciente del médico? En primera instancia, cuando una persona acude al médico, va con la demanda explícita que le quite el malestar y lo cure, reconociendo inmediatamente su posición privilegiada dentro del saber de su cuerpo. Sin embargo, una vez hecha la demanda, muchas veces hay insatisfacción respecto a la atención brindada, sea por el tratamiento recomendado o, en la mayoría de los casos, por el trato que se le dio.

Acerca de ese trato, lo que más se critica es la deshumanización que se produce de parte del médico al paciente. Al respecto, considero que esta deshumanización no sólo se da por ese lado, sino que muchas veces hay dificultad en el paciente mismo en reconocer dicha humanidad también. 

Entonces, es cierto que el médico necesita tener una visión holística, reconocer que el paciente que llega no es solo cuerpo, sino un ser humano que probablemente acude con mucha angustia por el malestar que presenta y las dudas que tiene en relación a su salud. Así, su labor requiere que sea receptivo y empático para absolver dichas dudas y contribuir con la tranquilidad de quien consulta. Sin embargo, el médico no deja de ser humano también y la misma subjetividad que podría llevarlo a un acercamiento al paciente en cuanto a esta empatía, es también la que lo lleva a confrontarse a emociones displacenteras como, por ejemplo, la frustración e impotencia producida por la imposibilidad de cura de algún paciente.

Por otro lado ¿Qué espera el médico del paciente? Existen también muchos mitos al respecto: Que si el paciente es muy pasivo, no está luchando contra su enfermedad; pero si se torna muy activo puede estar saliéndose de su rol e interfiriendo con el trabajo del médico. Y nuevamente nos quedamos en el punto de partida.

Acerca de la información, por ejemplo, antes el médico era el único conocedor sobre temas de salud y enfermedad; así, la relación era totalmente vertical adjudicándole al médico un papel superior y dejando casi imposibilitado al paciente en cuanto a toma de decisiones, pues la verdad absoluta estaba en el médico. En la actualidad, el desarrollo de la tecnología ha llevado a que muchas veces el paciente tome un rol más activo en la búsqueda de información acerca de su malestar (casi reemplazando el doctor del hospital o clínica por el “Dr. Google”). 

En vez de priorizar un extremo sobre el otro, es decir, o la verticalidad en la que nos enfrentamos a casi una deidad frente a un enfermo sin conocimiento alguno, o una horizontalidad en la que el paciente llega a considerarse también un médico por el acceso a información que tuvo; convendría establecer una adecuada dinámica entre los roles de cada uno. Sabemos que el médico tiene estudios y experiencia que le permiten tener un saber científico sobre los procesos de salud y enfermedad, pero no hay que olvidar que este saber opera sobre un cuerpo acerca del cual no hay quien reporte mejor que el paciente mismo. 

Quizá el camino va por el reconocimiento mutuo, en la delimitación de roles no en contraposición sino en complemento, que se reconozca tanto al médico como el paciente como agentes de salud que constituyen un equipo en búsqueda de la misma.

2 comentarios:

  1. Derrepente sería bueno que haya un espacio en este blog para que tanto doctores y pacientes cuenten experiencias acerca de esta relación, creo que acá se abriría mucho debate al respecto. Yo estuve embarazada hace unos 6 meses y para mi este proceso me llevo a conocer y profundizar mucho esta relación que mencionas, solo en un tema como el embarazo y el parto se abre todo un mundo de información y de discusión acerca de los derechos y deberes que se presentan en esta relación.

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  2. excelente comentario, sigue escribiendo

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